Existen tres significados de la palabra "despertar", ubicados en tres contextos diferentes: desarrollo humano, desarrollo transpersonal y desarrollo personal. Los tres remiten a saltos evolutivos o salidas del "estatus quo" de la realidad actual. Y, aunque puedan separarse analíticamente, se dan necesariamente a un tiempo.
Existen multitud de condicionantes históricos, culturales, políticos, religiosos, económicos, institucionales e ideológicos, que han provocado una situación planetaria bastante precaria. La división entre los que tienen y los que no es cada vez más insostenible. Incluso en los países ricos, la mayoría de la población está insatisfecha con la vida que lleva.
El problema de base es que no existe autonomía suficiente para elegir la vida que cada quien desea vivir. Se nace en unas condiciones sociales determinadas y toca ajustarse a ellas. No hay lugar para el desarrollo de las potencialidades de todos, ni para una verdadera realización de cada personalidad.
Esto ocurre, entre otras cosas, porque el margen conocido sobre qué es vivir está normalizado, generalizado. Los conceptos sobre una vida "normal" son fuente de frustración. Y esta frustración es de tal calibre que muchas personas prefieren olvidar que sus vidas no las han elegido ellas, sino que se han adaptado o acomodado a unas estructuras preestablecidas. A esto se le puede llamar "adormecimiento colectivo".
Se puede definir "espiritualidad", "trascendencia" o "transpersonalidad" como un sentimiento de unidad con el cosmos, la naturaleza o la totalidad.
En las actuales condiciones de vida, este aspecto definitorio del ser humano ha sido minusvalorado y las personas se sienten como entidades separadas unas de otras y de su entorno. Tal separación es la que ha generado las luchas de intereses que están en la base de el sufrimiento humano y la degradación de la naturaleza.
Cuando una persona vive desde su unidad con la totalidad, ocupa el lugar que le corresponde, según su propia personalidad, dentro del entramado global de condiciones materiales y humanas, y sin menoscabar las funciones de los otros y de lo otro en general.
La necesidad de recuperar este aspecto transpersonal es fundamental para encontrarse con los demás desde un sentimiento de igualdad y para tratar con la naturaleza desde la admiración y el respeto.
El concepto de "bienestar" en la vida individual se entiende, aún hoy en día, de forma muy limitada. Normalmente se enfoca en la posesión de ciertos bienes materiales y relaciones personales, y en el logro de determinados objetivos considerados como exitosos. Mientras que la satisfacción interna que pueden provocar o no estas situaciones, se deja de lado.
Muchas personas obtienen todas esas cosas y no se sienten realmente felices. Otras muchas no los alcanzan y viven esperando algún día hacerlo. Pero ninguna de ellas son sinónimo de felicidad.
La felicidad o el bienestar personal consiste en la satisfacción interna con uno mismo y con la vida que vive, sea esta del modo que sea. Pero la mayoría de la gente ni siquiera tiene verdadera salud y soporta diariamente diferentes formas de sufrimiento.
La búsqueda hacia fuera del bienestar es engañosa, lo único realmente importante es sentirse realmente libre para ser uno mismo en cualquier circunstancia y estar saludable física, anímica, emocional y mentalmente.
El despertar a la consciencia es la salida del sufrimiento natural y humano, individual y colectivo. Por tanto, resumieindo:
Despertar, en el contexto del desarrollo humano, consiste en que cada persona viva la vida que quiere vivir, frente a las metas impuestas por el mundo en que vivimos, el rechazo a las diferencias o la imposición de unos sobre otros.
Despertar, en el contexto del desarrollo transpersonal, es vivir la experiencia de ser una manifestación individual de la totalidad, recuperando la confianza en la inteligencia natural y abandonando las dinámicas propias del antropocentrismo.
Despertar, en el contexto del desarrollo personal, significa salir de la idea de que la felicidad proviene de lo externo, en favor de la felicidad interna y el bienestar integral.
Las tres formas de despertar son, en el fondo, una sola y se entrelazan dinámicamente llevando a la persona al despertar global o despertar a la Consciencia.